Una oración para invocar a Jesús con ansiedad

Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohada. Los discípulos lo despertaron y le dijeron: "Maestro, ¿no te importa si nos ahogamos?" – 

Todos hemos experimentado una cierta cantidad de ansiedad en nuestra vida. Mi ansiedad a menudo me ha llevado a la historia de los discípulos en el barco con Jesús. “Se levantó una tormenta furiosa y las olas rompieron en el barco que casi se sumerge. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohada. Los discípulos lo despertaron y le dijeron: "Maestro, ¿no te importa si nos ahogamos?"

Imagínese esto, mientras la tormenta rugía a su alrededor en el océano, Jesús estaba durmiendo. Muchos podrían leer este pasaje y pensar por qué Jesús dormía en medio de su miedo, en medio de una tormenta en la que sentían que estaban a punto de ahogarse. Esta pregunta es válida. Uno, estoy seguro, todos nos encontramos preguntando en temporadas en las que parecía que incluso podríamos ahogarnos. ¿Jesús realmente duerme mientras nos enfrentamos a la ansiedad? No.

A medida que continúe leyendo la historia en, verá que Jesús se despertó cuando los discípulos lo llamaron: "Maestro, ¿no le importa si nos ahogamos?" Por supuesto, Jesús se preocupa por ellos y me encanta que se haya despertado con esta pregunta. Dejó en claro que quería ser invitado a su ansiedad. No era ajeno a la furiosa tormenta que los rodeaba, el miedo no lo tomó desprevenido, lo que quería era saber que confiaban en él por completo.

Cuanto más me he enfrentado a sentimientos de ansiedad o pensamientos ansiosos, más oportunidades he tenido de invitar al Señor y tener la confirmación de que Él está conmigo. He visto al Señor aumentar mi fe no solo al resolver mi problema rápidamente, sino al llamarme a buscarlo obedientemente cuando enfrento las estaciones en las que me siento solo.

Verá, nuestra fe en el Señor no disipa la aflicción y la ansiedad, sino lo que nos da seguridad cuando la atravesamos. Lo que comenzó como un lugar de soledad, duda y preguntarse dónde estaba Dios, terminó llevándome a un lugar donde me sentí visto y comprendido por nuestro Creador. La próxima vez que se enfrente a eventos que aumenten su ansiedad, empeoren o activen viejos patrones de pensamiento, recuerde: tiene a Jesús en su barco. Llámalo, confía en Él y aférrate a Él mientras Él te ve a través de tu furiosa tormenta.

Reza conmigo ...

Señor,

Ayúdame a crecer al verte en mis momentos de ansiedad. Guía mi corazón a lugares en tu palabra donde pueda orar en voz alta por mí mismo cuando surjan estos sentimientos. Padre, ayúdame a recordar que mis sentimientos no son los que me mandan y siempre soy capaz de entregártelos y buscarte como mi paz y refugio.