Una oración para conocer el propósito de tu vida.

"Ahora, el Dios de paz, que resucitó a nuestro Señor Jesús, el gran pastor de las ovejas, de entre los muertos, por la sangre del pacto eterno, os conceda todo el bien que podéis hacer a Él, agrado a sus ojos, por medio de Jesús. Cristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. "- Hebreos 13: 20-21

El primer paso para descubrir nuestro propósito es rendirnos. Este es un pasaje contrario a la intuición dada la naturaleza de la mayor parte de la literatura de autoayuda actual. Queremos hacer algo; hacer que algo suceda. Pero el camino espiritual es diferente desde esta perspectiva. Los expertos en coaching vocacional y de vida, Robert y Kim Voyle, escriben: “Tu vida no es algo que te pertenezca. Tú no lo creaste y no depende de ti decir, oh Dios, lo que debería ser. Sin embargo, puedes despertar con gratitud y humildad a tu vida, descubrir su propósito y manifestarlo en el mundo ”. Para hacer esto, necesitamos sintonizarnos con la voz interior y con nuestro Creador.

La Biblia dice que nuestro Creador nos formó con propósito e intención. Si es padre, probablemente haya visto pruebas contundentes de esto. Los niños pueden expresar tendencias y personalidades que son únicas para ellos en lugar de ser cultivadas por usted. Podemos criar a cada uno de nuestros hijos de la misma manera, pero pueden resultar muy diferentes. El Salmo 139 confirma esto al testificar que nuestro Dios Creador está trabajando para formar un plan para nosotros antes del nacimiento.

El autor cristiano Parker Palmer se dio cuenta de esto no como padre, sino como abuelo. Se maravilló de las tendencias únicas de su nieta desde su nacimiento y decidió comenzar a registrarlas en forma de carta. Parker había experimentado depresión en su propia vida antes de volver a conectarse con su propósito y no quería que le sucediera lo mismo a su sobrina. En su libro Let Your Life Speak: Listening for The Voice of Vocation, ella explica: “Cuando mi nieta llegue al final de la adolescencia o al principio de la veintena, me aseguraré de que le llegue mi carta, con un prefacio similar a este: 'Aquí hay un bosquejo de quién era usted desde sus primeros días en este mundo. No es una imagen definitiva, solo tú puedes dibujarla. Pero fue bosquejado por una persona que te ama mucho. Quizás estas notas te ayuden a hacer algo que tu abuelo hizo solo más tarde: recordar quién eras cuando llegaste por primera vez y reclamar el don de tu verdadero yo.

Ya sea un redescubrimiento o un tipo de evolución, la vida espiritual necesita tiempo para discernir y entregarse a la hora de vivir nuestro propósito.

Oremos ahora por un corazón de entrega:

Señor,

Te entrego mi vida. Quiero hacer algo, hacer que algo suceda, todo con mis fuerzas, pero sé que sin ti no puedo hacer nada. Sé que mi vida no es mía, depende de ti trabajar a través de mí. Señor, estoy agradecido por esta vida que me has dado. Me has bendecido con diferentes dones y talentos. Ayúdame a entender cómo cultivar estas cosas para dar gloria a tu gran nombre.

Amén.