Evangelio del 19 de enero de 2021 con el comentario del Papa Francisco

LECTURA DEL DÍA
De la carta a los judíos.
Heb 6,10-20

Hermanos, Dios no es injusto al olvidar su trabajo y la caridad que han mostrado hacia su nombre, con los servicios que han prestado y aún prestan a los santos. Solo queremos que cada uno de ustedes muestre el mismo celo para que su esperanza se cumpla hasta el final, para que no se vuelvan perezosos, sino imitadores de quienes, con fe y constancia, se convierten en herederos de las promesas.

De hecho, cuando Dios le hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por alguien superior a él, juró por sí mismo, diciendo: "Te bendeciré con toda bendición y haré que tu descendencia sea muy numerosa". Así Abraham, con su perseverancia, obtuvo lo que se le prometió. Los hombres de hecho juran por alguien más grande que ellos mismos, y para ellos el juramento es una garantía que pone fin a toda controversia.
Por eso Dios, queriendo mostrar más claramente a los herederos de la promesa la irrevocabilidad de su decisión, intervino con un juramento, de modo que, gracias a dos actos irrevocables, en los que es imposible que Dios mienta, nosotros, que hemos buscado refugio en él, tengamos un un fuerte estímulo para aferrarnos firmemente a la esperanza que se nos ofrece. De hecho, en ella tenemos como ancla segura y firme para nuestra vida: entra incluso más allá del velo del santuario, donde entró Jesús como precursor de nosotros, que se convirtió en sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

EVANGELIO DEL DIA
Del Evangelio según Marcos
Mc 2,23-28

En ese momento, en sábado, Jesús pasaba entre campos de trigo y sus discípulos, mientras caminaban, comenzaron a arrancar las espigas.

Los fariseos le dijeron: «¡Mira! ¿Por qué hacen los sábados lo que no es lícito? ». Y él les dijo: '¿Nunca leyeron lo que hizo David cuando tuvo necesidad y él y sus compañeros tenían hambre? Bajo el mando del sumo sacerdote Abiatar, ¿entró él en la casa de Dios y comió los panes de la ofrenda, que no es lícito comer excepto para los sacerdotes, y también dio un poco a sus compañeros?

Y les dijo: «¡El sábado fue hecho para el hombre y no el hombre para el sábado! Por tanto, el Hijo del Hombre es también señor del sábado ».

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Esta forma de vivir apegada a la ley los alejó del amor y la justicia. Se preocuparon por la ley, descuidaron la justicia. Se preocuparon por la ley, descuidaron el amor. Este es el camino que Jesús nos enseña, totalmente opuesto al de los doctores de la ley. Y este camino del amor a la justicia conduce a Dios. En cambio, el otro camino, el apegarse sólo a la ley, a la letra de la ley, conduce al cierre, conduce al egoísmo. El camino que va del amor al conocimiento y al discernimiento, a la plenitud, conduce a la santidad, a la salvación, al encuentro con Jesús, pero ese camino conduce al egoísmo, al orgullo de sentirse justo, a esa santidad entre comillas. apariencias, ¿verdad? (Santa Marta - 31 de octubre de 2014