Evangelio de hoy 2 de diciembre de 2020 con las palabras del Papa Francisco

LECTURA DEL DÍA
Del libro del profeta Isaia
Es 25,6-10a

En ese dia,
él preparará al Señor de los ejércitos
para todos los pueblos de esta montaña,
un banquete de comida grasosa,
un banquete de excelentes vinos,
de alimentos suculentos, de vinos refinados.
El romperá esta montaña
el velo que cubría el rostro de todos los pueblos
y el manto se extendió por todas las naciones.
Eliminará la muerte para siempre.
El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros,
la ignominia de su pueblo
hará desaparecer de toda la tierra,
porque el Señor ha hablado.

Y se dirá ese día: «Aquí está nuestro Dios;
en él esperábamos salvarnos.
Este es el Señor que hemos esperado;
regocijémonos, regocijémonos en su salvación,
porque la mano del Señor reposará sobre este monte ".

EVANGELIO DEL DIA
Del Evangelio según Mateo
Mt 15,29-37

En ese momento, Jesús llegó al mar de Galilea y, habiendo subido al monte, se quedó allí.
Una gran multitud se reunió a su alrededor, trayendo consigo cojos, cojos, ciegos, sordos y muchos otros enfermos; los pusieron a sus pies y él los sanó, de modo que la multitud se asombró al ver a los mudos hablar, a los cojos sanados, a los cojos que caminaban y a los ciegos que veían. Y alabó al Dios de Israel.

Entonces Jesús llamó a sus discípulos y dijo: «Siento compasión por la multitud. Llevan conmigo tres días y no tienen nada que comer. No quiero posponer el ayuno para que no falle en el camino. Y los discípulos le dijeron: "¿Cómo podemos encontrar tantos panes en un desierto para alimentar a una multitud tan grande?"
Jesús les preguntó: "¿Cuántos panes tenéis?" Dijeron: "Siete y algunos peces pequeños". Después de ordenar a la multitud que se sentara en el suelo, tomó los siete panes y el pescado, dio gracias, los partió y se los dio a los discípulos, y los discípulos a la multitud.
Todos comieron hasta saciarse. Se llevaron las piezas sobrantes: siete bolsas llenas.

PALABRAS DEL SANTO PADRE
¿Quién de nosotros no tiene sus "cinco panes y dos pescados"? ¡Todos los tenemos! Si estamos dispuestos a ponerlos en las manos del Señor, serán suficientes para que haya un poco más de amor, paz, justicia y sobre todo alegría en el mundo. ¡Cuánta alegría se necesita en el mundo! Dios es capaz de multiplicar nuestros pequeños gestos de solidaridad y hacernos partícipes de su don. (Ángelus, 26 de julio de 2015)