Evangelio de hoy 26 de septiembre de 2020 con las palabras del Papa Francisco

LECTURA DEL DÍA
Del libro del Qoèlet
Qo 11,9 - 12,8

Alégrate, joven, en tu juventud, y alégrese tu corazón en los días de tu juventud. Sigue los caminos de tu corazón y los deseos de tus ojos. Pero debes saber que sobre todo esto Dios te llamará a juicio. Saca la melancolía de tu corazón, quita el dolor de tu cuerpo, porque la juventud y el cabello negro son un soplo. Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes de que lleguen los días tristes y lleguen los años en los que debes decir: "No me gusta"; antes de que el sol, la luz, la luna y las estrellas se oscurezcan y las nubes vuelvan de nuevo después de la lluvia; cuando tiemblen los guardianes de la casa y el incondicional se doblegue y las mujeres que muelen dejen de trabajar, porque quedan pocos, y los que miran por las ventanas se oscurecerán y las puertas de la calle se cerrarán; cuando se baje el ruido de la rueda y se atenúe el gorjeo de los pájaros y se apaguen todos los tonos del canto; cuando tengas miedo de las alturas y el terror que sentirás en el camino; cuando el almendro florece y la langosta se arrastra y la travesura ya no surte efecto, cuando el hombre entra en la morada eterna y los llorones deambulan por el camino; antes de que el hilo de plata se rompa y la lámpara de oro se rompa y el ánfora se rompa en el manantial y la polea caiga al pozo, y el polvo vuelva a la tierra, como antes, y vuelva el aliento de vida. a Dios, que lo dio. Vanidad de vanidades, dice Qoèlet, todo es vanidad.

EVANGELIO DEL DIA
Del Evangelio según Lucas
Lk 9,43b-45

Aquel día, mientras todos admiraban todo lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Recuerden estas palabras: el Hijo del Hombre está a punto de ser entregado en manos de los hombres". Pero ellos no entendieron estas palabras: les quedaron tan misteriosas que no entendieron su significado, y tenían miedo de interrogarlo sobre este tema.

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Quizás pensamos, cada uno de nosotros puede pensar: '¿Y qué me pasará a mí, a mí? ¿Cómo será mi Cruz? '. No sabemos. No lo sabemos, ¡pero lo habrá! Hay que pedir la gracia de no huir de la Cruz cuando venga: con miedo, ¡eh! ¡Eso es verdad! Eso nos asusta. Muy cerca de Jesús, en la Cruz, estaba su madre, su madre. Quizás hoy, el día que le rezamos, sea bueno pedirle la gracia de no quitar el miedo -que debe venir, el miedo a la Cruz ...- pero la gracia de no asustarnos y huir de la Cruz. Ella estuvo ahí y sabe estar cerca de la Cruz. (Santa Marta, 28 de septiembre de 2013