Evangelio de hoy 27 de octubre de 2020 con las palabras del Papa Francisco

LECTURA DEL DÍA
De la carta de san Pablo apóstol a los efesios
Efesios 5,21: 33-XNUMX

Hermanos, en el temor de Cristo, sean sumisos los unos a los otros; las mujeres sean a sus maridos como al Señor; de hecho, el marido es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, quien es el salvador del cuerpo. Y así como la Iglesia está sujeta a Cristo, también las esposas deben estarlo a sus maridos en todo.

Y ustedes, esposos, amen a sus esposas, como también Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificarla con el lavamiento del agua por la palabra y presentarse a sí mismo la Iglesia gloriosa. , sin mancha ni arruga ni nada por el estilo, pero santa e inmaculada. Así, los maridos también tienen el deber de amar a sus mujeres como a su propio cuerpo: quien ama a su esposa, se ama a sí mismo. De hecho, nadie ha odiado jamás su propia carne, de hecho la nutre y la cuida, como también lo hace Cristo con la Iglesia, ya que somos miembros de su cuerpo.
Por esto, el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. Este misterio es grande: lo digo con referencia a Cristo y a la Iglesia.
Así también tú: que cada uno por su parte ame a su esposa como a sí mismo, y la esposa sea respetuosa con su esposo.

EVANGELIO DEL DIA
Del Evangelio según Lucas
Lc 13,18-21

En ese momento, Jesús dijo: “¿Cómo es el reino de Dios, y con qué puedo compararlo? Es como una semilla de mostaza, que un hombre tomó y arrojó en su jardín; creció, se convirtió en árbol y las aves del cielo vinieron a hacer sus nidos en sus ramas ".

Y volvió a decir: «¿A qué puedo comparar el reino de Dios? Es similar a la levadura, que una mujer tomó y mezcló en tres medidas de harina, hasta que quedó todo leudado ».

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Jesús compara el Reino de Dios con una semilla de mostaza. Es una semilla muy pequeña, pero se desarrolla tanto que se convierte en la más grande de todas las plantas del jardín: un crecimiento impredecible y sorprendente. No es fácil para nosotros entrar en esta lógica de la imprevisibilidad de Dios y aceptarla en nuestra vida. Pero hoy el Señor nos exhorta a una actitud de fe que va más allá de nuestros planes. Dios es siempre el Dios de las sorpresas. En nuestras comunidades es necesario estar atentos a las pequeñas y grandes oportunidades de bien que nos ofrece el Señor, dejándonos involucrar en su dinámica de amor, acogida y misericordia hacia todos. (ANGELUS, 17 de junio de 2018)