Evangelio de hoy 5 de noviembre de 2020 con las palabras del Papa Francisco

LECTURA DEL DÍA
De la carta de San Pablo Apóstol a los filipenses
Fil 3,3-8a

Hermanos, somos los verdaderos circuncidados, que celebramos la adoración movidos por el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin confiar en la carne, aunque yo también puedo confiar en ella.
Si alguno piensa que puede confiar en la carne, yo más que él: circuncidado a la edad de ocho días, de la estirpe de Israel, de la tribu de Benjamín, judío hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia que se deriva de la observancia de la Ley, irreprensible.
Pero estas cosas, que eran ganancias para mí, las consideré una pérdida a causa de Cristo. De hecho, creo que todo es una pérdida debido a la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.

EVANGELIO DEL DIA
Del Evangelio según Lucas
Lc 15,1-10

En ese momento, todos los recaudadores de impuestos y pecadores se acercaron a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: "Este recibe a los pecadores y come con ellos".

Y les dijo esta parábola: "¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el desierto y va en busca de la perdida, hasta encontrarla?" Cuando lo ha encontrado, lleno de alegría se lo pone sobre los hombros, se va a casa, llama a sus amigos y vecinos y les dice: "Alégrense conmigo, porque he encontrado mi oveja, la que se había perdido".
Os digo: así habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, más que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión.

¿O qué mujer, si tiene diez monedas y pierde una, no enciende la lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y después de encontrarlo, llama a sus amigos y vecinos y les dice: "Alégrense conmigo, porque he encontrado la moneda que había perdido".
Por eso os digo que hay alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte ”.

PALABRAS DEL SANTO PADRE
El Señor no puede resignarse al hecho de que incluso una persona puede perderse. La acción de Dios es la de quienes van en busca de los niños perdidos y luego celebran y se regocijan con todos en su descubrimiento. Es un deseo imparable: ni siquiera noventa y nueve ovejas pueden detener al pastor y mantenerlo encerrado en el redil. Podía razonar así: "Haré un balance: tengo noventa y nueve, he perdido uno, pero no es una gran pérdida". En cambio, va a buscar eso, porque cada uno es muy importante para él y ese es el más necesitado, el más abandonado, el más descartado; y va a buscarla. (Papa Francisco, audiencia general del 4 de mayo de 2016)