Viniendo del más allá: «¡Todo existe! ...» un sueño importante

“El 29 de julio de 1987 nosotras tres [hermanas] fuimos a visitar a nuestra hermana Claudia, que vive en Paoloni-Piccoli, municipio de Santa Paolina (Avellino). Al día siguiente visitamos a la viuda de Albino Gnerre, mayor de XNUMX años, y sus hijos. Uno de ellos, pasando por nuestro hermano el Padre Beniamino, le contó un sueño muy importante ...

“El 29 de julio de 1987 nosotras tres [hermanas] fuimos a visitar a nuestra hermana Claudia, que vive en Paoloni-Piccoli, municipio de Santa Paolina (Avellino). Al día siguiente visitamos a la viuda de Albino Gnerre, mayor de XNUMX años, y sus hijos. Uno de ellos, pasando por nuestro hermano el Padre Beniamino, le contó un sueño muy importante […]. Este joven no creía en la otra vida (es decir, las verdades del Novissimi: Juicio, Infierno, Cielo). Según él, la vida del hombre es como la del animal, termina con la muerte. Pero un amigo cercano suyo, Raffaele Paladino, que murió recientemente, fue a verlo en un sueño. [...] Aún en el sueño le preguntó: - Estás muerto ... dime si realmente existe algo del otro mundo, porque yo no creo en nada y maldigo ...
El fallecido respondió:
- Te duele, tienes que creerlo: hay Cielo, Purgatorio, Infierno, Eternidad… - Y seguía repitiendo: - ¡Todo existe! ¡Existe! ¡Existe! Y para confirmar que lo que digo es cierto, te doy estos números que jugarás al volante del Nápoles.
El joven se despertó y escribió: 17, 48, 90, y guardó el papel en un bolsillo de su chaqueta, junto a una imagen de la Virgen de Montevergine, olvidada por quién sabe cuánto tiempo. De vez en cuando salía de su bolsillo un trozo de números. Por fin tocó los números que le había dicho el muerto. Después de unos días, el periódico publicó dichos números. El joven ganó una suma decente. El sueño se había hecho realidad. A partir de ese momento dejó de jurar y se convirtió en creyente practicante ».