Vicka de Medjugorje: ¿Por qué rezamos distraídamente?

Vicka de Medjugorje: ¿Por qué rezamos distraídamente?
Entrevista realizada por Alberto Bonifacio - Intérprete Hermana Josipa 5.8.1987

D. ¿Qué recomienda Nuestra Señora para el bien de todas las almas?

R. Debemos, verdaderamente cambiar, comenzar a orar; y nosotros, comenzando a orar, descubriremos lo que quiere de nosotros, a dónde nos llevará. Sin que esto comience a orar, solo abriendo con el corazón, ni siquiera entenderemos lo que quieres de nosotros.

D. Nuestra Señora siempre dice orar bien, orar con el corazón, orar mucho. ¿Pero no nos cuentas también algunos trucos para aprender a orar así? Porque siempre me distraigo ...

R. Esto podría ser: Nuestra Señora ciertamente quiere que oremos mucho, pero antes de que podamos orar tanto y verdaderamente con el corazón, debemos comenzar y comenzar manteniendo nuestro espacio en su corazón y en su persona al Señor, tratando de liberarse de todo esto. que te molesta tener este contacto y rezar. Y cuando eres tan libre, puedes comenzar a orar directamente desde el corazón y decir un "Padre Nuestro". Puedes hacer algunas oraciones, pero recítalas con tu corazón. Y luego, lentamente, cuando dices estas oraciones, estas palabras tuyas que dices también se vuelven parte de tu vida, por lo que tendrás la alegría de orar. Y luego, después, se convertirá en mucho (es decir: puedes rezar mucho).

D. Muchas veces la oración no entra en nuestra vida, por lo que tenemos momentos de oración que están completamente desconectados de la acción, no los traducen a la vida: existe esta división. ¿Cómo es posible ayudarnos a hacer este recuerdo? Porque nuestras elecciones son muchas veces en contraste con la oración hecha justo antes.

R. Aquí, tal vez tendremos que asegurarnos de que la oración se convierta en verdadera alegría. Y así como la oración es alegría para nosotros, el trabajo también puede convertirse en alegría para nosotros. Por ejemplo, usted dice: "Ahora me apresuro a orar porque tengo mucho que hacer", es porque amas tanto ese trabajo y amas menos que estar con el Señor para orar. Quiere decir que tiene que hacer un poco de esfuerzo y un poco de ejercicio. Si realmente amas estar con el Señor, te encanta hablar con él tanto que la oración realmente se convierte en alegría, de la cual también surgirá tu forma de ser, de hacer, de trabajar.

P. ¿Cómo convencemos a los escépticos, aquellos que se burlan de ti?

R. Con palabras nunca los convencerás; y ni siquiera intentes comenzar; pero con tu vida, con tu amor y con tu oración constante por ellos, los convencerás de la realidad de la vida que haces.
Fuente: Eco de Medjugorje n. 45