¿Vivimos el día del Señor y su gracia?

"El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado". Marcos 2:27

Esta declaración hecha por Jesús fue hecha en respuesta a algunos fariseos que criticaban a los discípulos de Jesús por recoger espigas el sábado mientras caminaban por los campos. Tenían hambre e hicieron lo que era natural para ellos. Sin embargo, los fariseos lo usaron como una oportunidad para ser irracionales y críticos. Afirmaron que al recoger las espigas de trigo, los discípulos estaban violando la ley del sábado.

En primer lugar, desde el punto de vista del sentido común básico, es una tontería. ¿Se ofendería realmente nuestro amoroso y misericordioso Dios porque los discípulos recogieron espigas de trigo para comer mientras caminaban por los campos? Tal vez una mente escrupulosa piense que sí, pero cualquier sentido del sentido común natural debería decirnos que Dios no se ofende con tal acción.

La declaración final de Jesús sobre esto establece el récord. "El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado". En otras palabras, el punto central del día de reposo no era imponernos una carga escrupulosa; más bien, fue para liberarnos para descansar y adorar. El sábado es un regalo de Dios para nosotros.

Esto adquiere implicaciones prácticas cuando miramos cómo celebramos el sábado hoy. El domingo es el nuevo sábado y es un día de descanso y adoración. A veces podemos considerar estos requisitos como cargas. No se nos invita a seguir comandos de una manera escrupulosa y legalista. Nos son dados como una invitación a la vida de la gracia.

¿Significa esto que no siempre necesitamos ir a misa y descansar el domingo? Ciertamente no. Estos preceptos de la Iglesia son claramente la voluntad de Dios. La verdadera pregunta tiene que ver con cómo vemos estos mandamientos. En lugar de caer en la trampa de verlos como requisitos legales, debemos esforzarnos por vivir estos mandatos como invitaciones a la gracia, que se nos dan para nuestro bienestar. Los comandos son para nosotros. Son necesarios porque necesitamos los sábados. Necesitamos misa los domingos y necesitamos un día para descansar cada semana.

Reflexione hoy sobre cómo celebra el Día del Señor. ¿Ves el llamado a adorar y descansar como una invitación de Dios para ser renovado y renovado por su gracia? O lo ves solo como un deber que debe cumplirse. Intenta adoptar la actitud correcta este día, y el Día del Señor tendrá un significado completamente nuevo para ti.

Señor, gracias por establecer el Nuevo Sábado como un día para descansar y adorarte. Ayúdame a vivir todos los domingos y días de obligación de la manera que quieras. Ayúdame a ver estos días como tu regalo para adorar y renovar. Jesús, creo en ti.