Palabras del Padre Pío tras la muerte del Papa Pío XII

El 9 de octubre de 1958, el mundo entero lloraba la muerte del Papa Pío XII. Pero Padre Pio, el estigmatizado fraile de San Giovanni Rotondo, tenía una visión diferente de lo ocurrido tras la muerte del pontífice. Sor Pascalina Lehnert, secretaria personal de Pío XII, escribió una carta a San Giovanni Rotondo para saber qué pensaba el fraile de Pietralcina.

fraile de Pietralcina

La respuesta del fraile no podría haber sido más sorprendente. Padre Pío, con un rostro casi transfigurado, dijo que había visto el Papa Pío XII en la Santa Misa, en el Cielo. Esta visión fue para él tan clara y real que no había duda sobre la dicha del alma del pontífice.

Aunque a algunos les haya resultado difícil de creer estas palabras, el fraile pidió confirmación al Padre Pío, quien con un sonrisa celestial Confirmó que había visto al Papa Pío XII en la gloria del Paraíso. Este testimonio fue anotado en Diario del padre Agostino, confirmando que el Señor había mostrado al Padre Pío la bienaventuranza del difunto pontífice.

pontefice

Este testimonio nos recuerda que la fe va más allá de la muerte y que, aunque no podamos ver con nuestros ojos, la vida eterna y la gloria de Paradiso son una realidad tangible. El fraile de Pietralcina nos enseñó que el oración es poderosa y que la presencia de Dios está cerca de nosotros, incluso en la muerte. Que encontremos consuelo al saber que almas justas son bienvenidos en la gloria del Paraíso, como vio el Padre Pío con sus ojos espirituales.

Oración por el Padre Pío

O glorioso Padre Pío, humilde y fiel servidor del Cordero, lo seguiste hasta la cruz, ofreciéndote víctima por nuestros pecados. Unida a Él y llena de su amor, traes la feliz anuncio de su resurrección a los pobres y enfermos, mostrando el rostro misericordioso de Dios Padre.

Oh oración incansable, amigo de dios, bendice a quienes trabajan y te apoyanen Casa Sollievo del Sufrimiento y guía a los Grupos de Oración del Cielo para que sean faros de luz en este mundo atormentado y difundan por todas partes el aroma de tu caridad.